Lo que Sennett nos intenta pasar es la idea de que la perdida de la vida pública se produjo a través de los cambios ocurridos en el comportamiento urbano de las economías modificadas por el proceso del "capitalismo industrial", en el siglo XIX. Estos hechos económicos tendrían afectado al comportamiento ciudadano que por reacción movieran a la gente a actuar de forma pasiva e individual desproveídas de la idea de comunidad.
Como una línea de pesquisa, el autor cita algunos pensadores de temas correlatos a esto, como Darwin, Freud, Weber, Marx, y tantos otros, con sus respectivas tesis, pero él mismo, no establece una correspondencia efectiva entre los temas todos abordados en el libro y dejanos sí por un lado con la certeza de que la pérdida de el sentido de vida pública realmente ocurrió en estos tiempos, los del surgimiento del capitalismo industrial en el siglo XIX y que posiblemente tenga esto sido el causador, o mejor tenga promocionado a las condiciones para esta nueva forma de actuación de las personas en las urbes, por otro lado, no nos presenta comprobaciones efectivas de dicha correlación.
El libro, todavía, es muy interesante, desde el punto de vista literario, rico en ejemplos de situaciones como el "caso Dreyfus" ocurrido en Francia donde un oficial (Dreyfus) fuera juzgado y condenado por un tribunal militar pero el era inocente y hubo un nuevo juzgamiento con una gran conmoción nacional por su absolución, y el envío de un documento (J'acusè - Èmile Zola) en adjunto al libro.
Cita el caso Nixon, como a un ejemplo de la política del "resentimiento" en que él al llorar en su declaración en red nacional de televisión, realmente creía que todo lo que hubiera hecho fuerera hecho de forma a defender los intereses del país y no a intereses excusos. Cita de forma muy interesante, el caso Lamartine en la Revolución francesa de 1848, en que su actuación en público ha sido un desastre y a sepultado sus aspiraciones con vista a la política.
Además, establece en el libro, muchos paralelos entre los espacios públicos (plazas, calles, boulevards, edificios, etc.), y sus relaciones con la vida pública y ciudadana en distintos periodos en los siglos XVII, XVIII, XIX y XX.
Lo que percibimos a lo largo de la lectura, fue una búsqueda en los hechos, por parte del autor, en intentar correlacionar escenarios cotidianos vividos por la gente en particular de Londres y París, en estos mismos siglos en locales como las calles, el hogar, las casas de refrigerio, los clubes, los teatros, etc., y sus cambios ocurridos de forma por veces distintas, por otras iguales en las dos capitales, con el comportamiento contemporáneo de la economía en el capitalismo industrial, búsqueda esa, que nos aclara muchas cosas y nos pone incertidumbre en otro tanto, por la complejidad de los escenarios y simultaneidad de los hechos citados.
La escuela de Sennett, es una mezcla entre la economía marxista, con el urbanismo de Chicago, se es que así podemos definirla. Su visión a cerca del urbanismo es que la organización de los espacios independientes entre si, con actividades o clases distintas entre diferentes sectores, conlleva a la desintegración del espacio y acentúa a cada vez más el deterioro de la cultura pública.
Por fin, el libro nos pone a reflexionar sí en verdad nuestras actuaciones y de toda la sociedad en actualidad, no deberían reorientar nuestros "modus vivendis", pues hoy si no es por la ropa que podemos distinguir a la clase, ya tenemos a el coche como icono de la posición socio-económica y del grado de influencia de su conductor, y vivimos aislados dentro de estos o de nos mismos, sin interacción social, igual a los tiempos de la París de Balzac.