lunes, 14 de septiembre de 2009

Crisis del paradigma desarrollista


A finales de los años sesenta comienza a constatarse el fracaso del modelo desarrollista para mantener un crecimiento económico sostenido y dotar a la población de “un bienestar” igualitario. Al descontento social generalizado de los movimientos (Francia, España, Checoslovaquia, México, EEUU, etc.) de fines de esa década se suma a principios de los años setenta la llamada crisis del petróleo provocada por las restricciones impuestas por los países productores a las exportaciones, y la consiguiente alza de precios, que repercutió en todos los sectores de la producción mundial y desencadenó una reestructuración de los mismos, desde el llamado sistema “fordista” keynesiano hacia le “post-fordista” neoliberal. Las principales características de esta readaptación del modelo capitalista fueron: desde un pinto de vista socioeconómico, la retirada del Estado de su papel de inversionista y promotor del desarrollo económico hacia el de árbitro entre la sociedad y el mercado; el desmantelamiento del “estado del bienestar” para contrarrestar una balanza pública cada vez más deficitaria, que implicó la privatización de gran parte de los servicios públicos. Desde el punto de vista cultural, la “razón” que cimentaba el movimiento moderno dio paso a la incertidumbre que caracteriza el “posmodenismo” y a una revalorización de los valores históricos; e el seno de la disciplina urbanística se produjo una pérdida generalizada de credibilidad en los sistemas de planeamiento, en favor de la intervención puntual y de carácter arquitectónico en la ciudad consolidada. La reducción de las tazas de natalidad en los países europeos y el fracaso del crecimiento económico continuo desplazan el centro de las visiones territoriales desde el territorio a desarrollar hacia el territorio heredado.

Las implicaciones de este momento de crisis a escala general o planetaria sobre los paradigmas que determinan la ordenación del territorio serán trascendentales:

a) Por un lado, el fracaso del crecimiento económico dirigido dará pie a la reivindicación de un planeamiento producido desde un ámbito local consciente de los valores ambientales e históricos de su patrimonio y su territorio basado en un enfoque de austeridad.

b) La fuerza adquirida por las reivindicaciones de carácter medio ambiental, crecidas de la mano de los movimientos sociales en varias partes del mundo a finales de los años sesenta, enfocadas principalmente contra la contaminación y el peligro de la energía nuclear, y cuyo encuentro con el desarrollo de los principios científicos de la ecología sentará las bases de una ordenación del territorio que pretenderá tener en la conciencia de su soporte fisco territorial uno de sus puntos de partida principales.

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