Bella Giornata…

Nada como la calle para escenario del arte… Lo que convierte a los artistas en artista del pueblo o mundanos. Sigue siendo como hace siglos, el artista tiene que ir donde el pueblo esta. Las clásicas artes como la danza, la escultura, y la música, que arroparon los nobles a diversos artistas por sus dotes consintiéndoles mimos y caprichos además de la vida palaciana, se reproduce desde igual época en las calles.

Son en las plazas, y en las calles los rincones donde el artista del pueblo busca arroparse. No solo por el dinero que en muchos casos es casi una limosna para sacarle una foto, sino también para alimentar el alma y el espíritu artístico.

El arte callejero, donde el artista es una figura emblemática y popular en algunos casos talvez sea la forma que garantiza el arte a lo largo del tiempo. El arte de los museos, e los teatros muchas veces es un poco hermética y seguramente no tiene el orden público que conlleva el arte en la calle.

Un sábado en paso por la plaza mayor en Madrid, oyendo lejos, pero poco a poco más cerca, “O sole è mio”. Encuentro a un travestido que bailaba y luego una pareja cubierta de barro y por fin al trío de cuerdas que ejecutaba…Che bella cosa e' na giornata…

Artistas del mundo. Un español, dos brasileños y tres rumanos, que a bien pudieran haber sido a un polaco, dos turco y unos tres australianos, da igual: - Baila con todos sus colores, son esculturas de barro que igual oyen la música al fondo y tocan en sus instrumentos las clásicas o bien populares canciones que tanto ya escuchamos… y como en tantos otros rincones del mundo el arte sigue viva en el seno del público.